Cuando los diseños nacen de lo más profundo

Una de las cosas que más me preguntan es por qué no repito modelos, si las joyas vendidas las vuelvo a repetir, si las ediciones limitadas volverán... No repito modelos a excepciones puntuales, y la verdad es que tiene mucho sentido para mí hacerlo así.
Siempre he sentido que cada persona es única, y que mis joyas deben reflejar eso. Al final, las joyas son mucho más que un complemento: son un recordatorio de tu propia luz, una forma de conexión contigo misma.

Desde muy pequeña siempre fui en contra de la marea de modas constantes, tenia una personalidad muy marcada, unos gustos muy personales, y una forma peculiar y única de percibir mi entorno. Y solía encajar con quienes vibraban en esa sintonía: almas únicas, inolvidables, con carácter, sin miedo a nada...

Empecé con el macramé a los 8 años, también sentía mucha pasión por la pintura a carboncillo y pastel, y por la música. Durante años fui cantautora, y llegué a dar conciertos en varias ciudades de España (de eso os hablaré otro día, porque fue una etapa muy especial).

También soy muy “mañosa”: desde restauración de muebles y fabricar mis propios expositores, hasta diseñar prendas de ropa o crear decoraciones caseras. Es algo que forma parte de mi ser desde la infancia, además de la conexión por los cristales y minerales. Cada uno de ellos es único, una ventana a otros planos, a la magia, a la belleza. Igual que no hay dos Carolinas iguales, no hay dos minerales iguales y no hay dos joyas Carola iguales. Tampoco hay nadie como tú, que me estás leyendo ahora.

Por eso, si tuviera que repetir una y otra vez los mismos modelos, siento que perdería la esencia y la pasión por lo que hago. Amo crear desde la inspiración, desde la emoción del momento, porque ahí es donde realmente disfruto el arte.

Si conectas con una pieza, es porque estaba tejida para ti. Es algo muy mágico. No lo pienso demasiado: cuando me siento a crear, no sigo ningún patrón, ni hago bocetos, ni tengo un diseño planeado. Simplemente elijo una gema, la observo, la siento, y dejo que la intuición me guíe. Cada pieza nace de ese momento, de esa energía, con una intención, con una historia propia, y no vuelve a repetirse igual. Y es precisamente ahí donde reside toda su magia.

Para mí, crear joyas es una manera de canalizar lo que llevamos dentro, de compartir arte y amor con el mundo. Y si todo el mundo funcionara desde el amor, el mundo sería mucho mejor.

Si has llegado hasta aquí conectando con cada palabra, entonces seguramente eres también de las que rompen moldes, no siguen al rebaño... si no quien elige su camino y marca los pasos hacia su destino. 

La luz nos une en ese camino.