Metales nobles que marcan la diferencia.

Cuando empecé a crear joyas, me di cuenta de que la elección del metal no es algo superficial: afecta la durabilidad, la estética y hasta la relación de la pieza con tu piel. Muchas marcas optan por metales económicos como el latón o aleaciones similares porque son baratos y fáciles de trabajar, pero estos materiales no están hechos para durar. Se oxidan, pierden brillo con rapidez y pueden provocar irritaciones o manchas. Lo que parece una buena compra al principio, a menudo termina siendo frustrante.

Por eso, yo decidí trabajar solo con metales nobles, porque creo que una joya de calidad debe ser bella, duradera y segura. Cada metal que utilizo tiene propiedades específicas que lo hacen ideal para diferentes tipos de piezas y para personas que buscan algo más que la moda pasajera:

• Plata de ley 925: Es un metal noble y versátil. Mantiene su brillo con el cuidado adecuado y permite diseños detallados y delicados sin perder su integridad con el tiempo. Además, es hipoalergénica y respetuosa con la piel, algo fundamental si quieres llevar tus joyas todos los días.

• Acero inoxidable: Un metal extremadamente resistente, casi inmune a la oxidación y al desgaste diario. Es perfecto para piezas que quieres usar a diario, incluso en contacto con agua, sudor o actividades intensas, sin que pierdan su color o fuerza.

• Baños de oro con técnica PVD sobre acero inoxidable: Aquí quiero profundizar porque es un detalle que muchos desconocen. A diferencia de los baños de oro tradicionales, que pueden desgastarse en semanas, la técnica PVD crea una capa ultra fina y resistente, adherida químicamente al acero. Esto significa que tu joya mantendrá el color y brillo dorado durante años, resistiendo rayaduras y exposición al uso cotidiano. Es un proceso más costoso y delicado, pero garantiza resultados que cualquier amante de la joyería apreciará.

Además de la estética y la durabilidad, los metales nobles mantienen su valor con el tiempo. Una pieza de plata o acero inoxidable bien cuidada puede durar décadas, mientras que las aleaciones baratas pierden su atractivo rápidamente. Quien elige metales nobles, elige calidad, seguridad y sostenibilidad.

Para mí, crear joyas no es solo diseñar objetos bonitos: es ofrecer piezas que acompañen la vida de quien las lleva, que resistan el paso del tiempo y que respeten la piel. No sigo la moda rápida ni los materiales que se degradan con facilidad. Cada joya que sale de mi taller está pensada para romper moldes, ser única y conectar con la persona que la usa, cuidando tanto su estilo como su bienestar.

Al final, elegir bien los metales no es un lujo: es una decisión consciente. Una joya de calidad habla de cuidado, de autenticidad y de respeto por quien la lleva. Por eso, en Carola Macramé solo trabajamos con plata de ley, acero inoxidable y baños de oro PVD: para que cada pieza sea un compañero de vida y no un accesorio efímero.